17 may 2010

San lunes

Por lo general el día que más pesado resulta ir a trabajar es el lunes. Acostumbrados ya a las andadas del fin de semana, el lunes el agotamiento es intolerable y se piensa que la semana laboral jamás acabará.

Y es justamente por eso que algunos a los que la fiesta se les acabó muy tarde deciden no ir a trabajar el lunes y se refugian en su casa a curarse las heridas que les dejó el fin de semana. A esto popularmente se le conoce como “San lunes” y es un grave problema en las empresas.
Este tipo de ausentismo laboral afecta principalmente a la economía de las empresas y a los empleados que sí se presentan a trabajar en este sufrido día, ya que ellos son los que de una manera u otra terminan haciendo el trabajo que sus compañeros no van a hacer.

Los lunes, que oficialmente son el segundo día de la semana, son odiados y temidos por todos, ya que:
- Es el comienzo de la jornada laboral
El simple hecho de saber que te faltan 5 días enteros, es decir, unas 40 horas laborales por lo menos para disfrutar otra vez del fin de semana, hace que este día sea por mucho el menos popular en la vida de los trabajadores.
- Se acumularon muchos pendientes
Durante los 2 días de descanso no atendiste tu correo, te desconectaste de todo lo laboral y ahora que enciendes tu computadora te encuentras con que tienes que asistir a 3 juntas, terminar archivos y presentaciones, y además de la usual carga de trabajo que sueles manejar.
- Estás más cansado que el viernes
El fin de semana en lugar de descansar te dedicaste a ponerte al tanto con los amigos y la familia. Además el sábado madrugaste para llevar tu coche al taller, sacar a pasear al perro y atender todas aquellas cosas que sólo se pueden hacer en días de descanso. Entre fiestas, reuniones, comidas y partidos de futbol el fin de semana te dejó agotado y no se ve para cuándo reponer las horas de sueño.
- Se vuelve a la rutina
Despertarse temprano para encontrar el tráfico infernal y llegar a la oficina. Tres tazas de café y una barra de granola. Comida con los mismos compañeros de siempre. Además, el gimnasio está lleno de personas que quieren bajar las hamburguesas del fin de semana. ¿Te suena familiar?

Lo único bueno de este día es cuando el reloj marca la hora de salida y tras ahogar un “¡yaba daba du!” huyes hacia la puerta y te percatas que has pasado exitosamente la prueba del San lunes y que de aquí en adelante todo mejorará.